lunes, 10 de diciembre de 2007

LondON one more time

Pues otra vez Londres si, porque hay ciudades que atrapan desde la primera vez que las visitas y Londres me tiene prisionera desde el día que la pisé.



Con un generoso Merry Christmas me recibió la ciudad en forma de taxista desubicado y en ese tiempo que he pasado allí lo he tenido todo, mi visa es la que ha sufrido este capricho de invierno y también mi cuerpo que ha cogido cariño a la gripe londinense y no quiere dejarla marchar.


Sol de sábado para disfrutar la cúpula del British y tarde de frío para perderse entre Covent Garden y el Soho. Experiencia mística la de Picadilly Line con un "keep walking" en pleno andén como si al fondo hubiera sitio, que no dejaba escuchar el mítico "mind the gap". Luces navideñas a las 5 de la tarde, que para eso anochece tan pronto. London Eye iluminado y al fondo las Casas del Parlamento para chocarnos con una de las cientos de pistas de hielo que se pueden disfrutar por la ciudad. Huida de la concentración de personas a la salida de los musicales y frío compulsivo por cualquier calle.



Lluvia de domingo para recordar la fama de la ciudad, lluvia y viento, ningún paragüas nos sirve así que disfrutamos de la Tate con el "chof chof" de las zapatillas encharcadas. Tiempo el justo para deambular por Oxford Street hasta la tienda Apple y jugar con el nuevo aparato el iPhone (aún en proceso de analizar si "lo necesitamos" realmente para nuestras vidas). De nuevo caos en el metro y líneas que no llegan a donde debrían ir, así que nos mimetizamos con el ambiente y autobús hasta la exposición de Tutankamon (im-presionante), carrera contrarreloj hacia Victoria Coach Station entre taxi y metro y nos despedimos hasta 2 días después.


Lo que quedó después fue puro vicio y relajación, mi familia y las compras debilidades lo mires por donde lo mires. Así pasé dos días más en esa ciudad, rodeada de mis sobrinos encantadores..., de las palabras a medio camino entre el español y el inglés del mediano..., de la pequeña gateando y casi poniéndose de pie ya..., de la mayor y su cara de querer aprenderlo todo en poco tiempo con la inocencia de una persona propia de su edad..., de los cafés con mi hermana y las conversaciones que no tenemos por la distancia.... Asi que cuando cogí el autobús a Bristol para reunirme otra vez con Ángeles, me entristecí, esta vez me costó mucho más irme y esta vez quise haber pasado más tiempo en esa que empieza a ser mi segunda ciudad. Así que empiezo a jugar con el calendario del 2008 y a buscar posibles huecos para volver en un futuro no muy lejano (al menos eso espero).

1 comentario:

Angie dijo...

Bueno, como parte acomañante sólo me queda añadir que viajar contigo es siempre una aventura subreal... que deberían prohibirnos reirnos tanto que luego los lunes son aún más duros... ponte buena...